ATILA EL REY DE LOS HUNOS
Fue el último y más poderosos del
los caudillos de los Hunos: una tribu procedente de Asia aunque su origen
exacto es desconocido.
Atila gobernó el mayor imperio
europeo de su tiempo, desde 434 hasta el año de su muerte en 453.
En occidente fue conocido como El
azote de dios, sus posesiones se
extendieron desde la Europa central hasta el mar negro, y desde el rio Danubio
hasta el mar Báltico.
Fue unos de los más importantes
enemigos del imperio Romano, que en esta etapa estaba dividido en dos, la parte
Oriental con capital en Constantinopla, la actual Estambul y el occidental en
Rávena.
Después de que Roma dejase de ser
centro político decidió invadir otros territorios, dos veces los Balcanes,
estuvo a punto de tomar la ciudad de Roma y sitiar Constantinopla.
Marcho a la Galia y consiguió
llegar hasta la ciudad de Cenabum la actual Orleans, pero el general romano
Aecio le obligo a retroceder en la
batalla de los campos Cataláunicos en el 451, logrando huir al emperador de
occidente Valentiano III su capital.
Tras la muerte de Atila el imperio se desmembró y se extinguió. Los
Hunos se convirtieron en un pueblo nómada de cazadores y ganaderos de los que no hay registros y los dados que se conocen es
gracias a fuentes Romanas. A pesar de todo a Atila es una figura importante de
la historia de Europa Occidental, y es recordado como un hombre con gran
crueldad, pero sin embargo algunos otros historiadores dicen que fue un buen
rey noble.
Othar, el caballo de Atila
¿Os suena la frase “por donde pisaba su caballo no volvía
a crecer la hierba”? Esto se decía del caudillo huno Atila y de su caballo
Othar, de una raza de caballos salvajes ya extintos llamada tarpán.
Para los hunos los caballos eran sagrados y los
consideraban como una prolongación de su ser. Gracias a ellos lograron
conquistar y mantener uno de los imperios más grandes de la historia durante
casi 80 años.
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