domingo, 27 de junio de 2010

CAPITULO XII (1ª parte)

Sobre las seis de la tarde estaban nuestros amigos sentados en una de sus mesas preferidas del bar puntazo, charlando sobre cómo habían pasado el día y echando unas partidas a las cartas. Comentaban la bronca monumental que tuvieron que soportar cuando Pepe contó todo lo sucedido a sus respectivos padres, y de repente, para sorpresa de todos y en especial de Pablo, apareció su querida amiga María. Pablo al verla se acercó para darle un fuerte y efusivo abrazo, después de este gesto de afecto con Pablo, se dirigió a sus demás amigos:

- ¡Que rollo! Me he pasado todo el verano estudiando y vosotros, ¿qué tal?... cómo todos los años ¿echando partidas aquí? ¡Seréis los ludópatas más famosos de todo Barakaldo!
- Pues sí, - contestó irónico Iker - ¡cómo nos conoces! Todo el día echando la partida hasta las tantas...
- No le hagas ni caso – le interrumpió Pablo – que parece que no le conoces lo mentiroso qué es. Es que, si te decimos la verdad no te lo vas a creer...
- ¡Adelante! A ver si me lo creo... – les animó María.

Entonces Iker empezó a contarle todo lo sucedido desde que decidieron ir a Gernika para ayudar a Nati a arreglar su casa. Le contaron todas las complicaciones que tuvieron que superar y el mal trago del secuestro de Esti.
Al escuchar esto, Maria se quedó blanca con el rostro petrificado, costándole asimilar lo que sus oídos escuchaban.
Una vez hubieron terminado de explicarle la historia, Maria con cara de sorpresa absoluta, comenzó a hacer preguntas atropelladamente sin dar tiempo a recibir respuesta.

- Y... ¿cómo se os ocurre hacer eso, sin consultar a vuestros padres?, ¿y el hijo de Nati, tan malo ha llegado a ser, como para secuestrar a Esti?, ¿y que hicieron con el?, ¿está en la cárcel?, ¿y tú, que tal estás, mas tranquila después del susto?, ¿que te ha dicho tu padre?, ¿se le ha pasado el enfado?
- Puedes estar tranquila, que ha sido un buen susto, pero ya ha pasado... – dijo Esti.
- El hijo de Nati y su compinche Jesús, ya están en el calabozo a la espera de juicio. Nati, no se esperaba que su hijo fuese capaz de hacer eso, y se llevó un mal trago, mientras que a Miguel no le sorprendió demasiado, pero ahora ya podemos retomar los arreglos de la casa cuando queramos – explicó Iker.
- ¿No os han castigado?
- Como lo que queríamos hacer era una buena obra, y al final todo salió bien... no nos han castigado, aunque el padre de Esti casi nos arranca las orejas...

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