jueves, 25 de marzo de 2010

CAPITULO V (1ª parte)

Al día siguiente decidieron levantarse pronto para empezar con los arreglos. Iker les explicó los consejos que le había dicho su padre, y empezó a repartir las tareas de cada uno para así poder ir más rápidos. Como Pablo es muy habilidoso le encargó que subiera a arreglar las persianas y las ventanas. A Esti le encargó que pintara las paredes y a Sabrina le mandó que se ocupara de ayudar a Miguel en todo lo que le pidiera. Miguel que ha trabajado muchos años como electricista y fontanero se encargaría de revisar la instalación eléctrica, las tuberías y la calefacción que no funcionaba muy bien.

Iker como es muy patoso y no quiere estropear nada decidió que sería el coordinador de la obra junto con Miguel.

Mientras estaban trabajando Sabrina oyó unos ruidos en la casa de al lado, se acercó a la ventana y vio a una persona subida en la azotea del vecino con unos prismáticos. No tuvo tiempo para investigar lo que sucedía porque Miguel le necesitaba para cortar un cable.

Pablo estaba en la planta de arriba arreglando la ventana del que fuera cuarto del hijo menor de Nati: Álvaro. La habitación es bastante grande y muy luminosa, está muy sucia y desordenada. Por las estanterías tiene revistas antiguas y unos cuantos discos al lado de un viejo radiocasete que parece no funcionar. Pablo tiene medio cuerpo fuera de la ventana para colocarla perfectamente cuando de repente oye un ruido en la parte de arriba y al darse la vuelta esquiva por los pelos una piedra que apuntaba directamente a su cabeza. Por escasos milímetros no se cae por la ventana evitando una posible desgracia. Después del susto Pablo recapacita que ha podido suceder para que se caiga esa piedra. Sin darle muchas vueltas, lo acaba achacando al mal estado de la casa.

Esti esta en la planta baja dispuesta ya a pintar las paredes de la habitación de Miguel de color azul clarito con un rodillo, al darse la vuelta tras empapar el rodillo observa en la pared unas pisadas que anteriormente no estaban. Al principio se asusta un poco pero después le resta importancia porque está convencida de que será una de esas bromas que tanto le gustan a Pablo.

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