jueves, 14 de diciembre de 2017

LA HISTORIA DEL MONSTRUO QUE ATERRORIZÓ BERGARA




La historia surge a raíz de un ejercicio que consiste en utilizar las palabras marcadas para crear una historia (marcadas en rojo). Espero que lo disfrutéis:

Los hechos de esta insólita historia se desarrollan en  Bergara en el año 2027, un municipio de la provincia de Guipúzcoa, País Vasco.
Durante siglos la forma geográfica que caracterizó a este pueblo, son los relieves, pendientes y pocas llanuras. Sin embargo, este pueblo ha cambiado drásticamente debido al  cambio climático, que  ha provocado  unos efectos devastadores, afectando por completo al pueblo y modificándolo llegando a convertirlo en una isla. Esta, cuenta con una longitud de diez kilómetros en  su  totalidad. Además, este problema climático únicamente dejó en pie una sola cueva en lo alto de la única montaña que  sobrevivió a la subida de agua del pueblo, en la cual  hay  un pozo de  agua dulce.
En ese pozo de dimensiones de diez piscinas olímpicas escondido en lo alto de la cumbre de la montaña,   vive  una  Vieira gigante, con gran glotonería, maldad,  su caparazón gigante, y gritos tenebrosos, con los que  asusta y atemoriza  a todos los que se atrevan a ir a pedir  de su pozo de agua dulce. Este es el  único  lugar donde los ciudadanos pueden  acudir a suministrarse de agua potable. También cuentan con el inconveniente añadido  de la subida del agua que afecta  al pueblo, que  ya no dispone de carreteras. La única opción de salir en búsqueda de agua es ir nadando por el mar o ir en barcas que alquila la malvada vieira a precios muy altos no accesibles para las personas que habitan en el pueblo.

Pero en Bergara también viven más personas, aunque la población se ha visto reducida por culpa de la subida del agua y la imposible convivencia con la malvada vieira Pepi, que no les deja respirar tranquilos.
Una de las habitantes es Bego, una joven  niña montañera de diez años oriunda de Bergara y muy aficionada a la montaña desde su tierna infancia. Sin embargo, debido a las difíciles circunstancias ya no podía practicar su afición. Cansada de ver como la vieira chantajeaba y abusaba de sus vecinos, Bego, decidió poner remedio a la situación.

Para ello ideó un plan en el que necesitaba la colaboración del pueblo. Comenzó a tirar de la manta, interrogando al panadero, al pescadero, a la carnicera… para saber cómo podía combatirla. Pero los habitantes tenían demasiado miedo como para hablar tirar ya que pensaban que Pepi de algún modo se enteraría y entonces tomaría represalias. Temían un aumento del precio del consumo de su agua con lo que se morirían de sed, y  en lugar de colaborar, se iban por los cerros de Úbeda sin darle una respuesta concisa.
 
Pero un día, Bego estaba paseando por el pueblo, cuando de repente escuchó a dos niños discutiendo. Se acercó para ver qué pasaba, y uno de ellos decía que su madre le había dicho que no se metiera en camisa de once varas, porque si la vieira Pepi se enteraba se quedaría un mes sin agua.
“¿Estabais hablando de Pepi?” preguntó, curiosa, Bego.
“Si, si, ¿por qué?” respondieron.
Ella les explicó que estaba decidida a que se acabase esta época de miedos y terror en el pueblo y para ello necesitaría información de ella y sus puntos débiles.
“Pues me suena que cuando sale de la cueva a asustar a la gente no la cierra. Podrías esperarla en la entrada y con una red grande de pescar cogerla por sorpresa” musitó uno de los niños.
Bego, después de la conversación, se fue a su casa a preparar la trampa para actuar sin perder tiempo y a la mañana siguiente a la salida del sol actuar para sorprender a la vieira.
Al concluir el día, se fue a la cama pensando que mañana podría ser un buen día para el pueblo pero no tan bueno para Pepi.
A la salida del sol, sin perder tiempo nuestra amiga salió de su casa con el anzuelo y se dirigió a la cueva. Tal y como le habían indicado, estaba abierta y no tuvo ningún problema para acceder a ella. Pepi estaba dormida y sin desaprovechar aquella oportunidad, enganchó el anzuelo en la bestia. Esta se sobresaltó al verse atrapada e intentó liberase, pero  no lo consiguió.
“¡Te tengo atrapada ya no volverás a asustar y sacar dinero a los habitantes del pueblo!”, gritó Bego con voz triunfal.
“Libérame jovencita”, dijo la vieira; “No lo volveré a hacer, a partir de ahora podréis  coger agua del pozo gratis todos los habitantes y conviviré en paz sin provocar el más mínimo problema” suplicó.
“De acuerdo, tus palabras parecen sinceras. Si no cumples con tu promesa lo mismo que te he capturado una vez lo volveré a hacer tantas veces como haga falta”, le advirtió Bego.
Y de esta forma tan feliz acabo la historia del pueblo de Bergara, que durante tanto tiempo estuvo atemorizado por la Vieira Pepi. A partir de ese momento, los ciudadanos pudieron utilizar el agua del pozo siempre que lo deseasen y con el tiempo, perdonaron a Pepi el daño causado durante tantos años y pudieron convivir todos juntos en paz.
FIN

AUTOR:Fernando Tolivar

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