El 20 de febrero 2.016, fui con mi padre a realizar una visita guiada al funicular de Artxnda, en Bilbao.
La vista era a las diez y media, me levanté de la cama a las nueve, desayuné , me vestí y fui con mi padre al metro de Cruces.
Fuimos en el metro hasta Abando, y desde allí fuimos hasta la taquilla del funicular, como llegamos puntuales, tuvimos que esperar un rato en la calle, cuando llegó la guía, nos comentó en que iba a consistir la visita, nos informó de las peculiaridades de la zona, comentando el motivo de por que se llamaba El Campo Volantín y algunas teorías de porque se llamaba así, una por un tipo de pesca que se practicaba en la ría y otra por una cordelería que usaba un sistema que llamaba Volantín.
Luego entramos en el funicular y nos contó los inicios del mismo y las cosas y edificios que había a principios del siglo XX, porque se construyó el funicular ese año, y que en 2015 cumplió cien años.
Luego nos montamos en el funicular, hicimos el viaje hasta Artxanda, al llegar a arriba, entramos en la sala de máquinas, donde nos enseñó la maquinaria, pudiendo ver como funcionaba, y luego nos explicó como funcionaba la maquinaria y las distintas reformas que han hecho a lo largo de estos 101 años.
Tras ver la Sala de maquinas la vista terminó y nos despedimos de la guía.
Mi padre y yo nos quedamos en Artxanda, tomamos unas rabas en un bar y nos fuimos a casa.
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